¡Qué sería de mi sin Bécquer!

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar,
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá!
Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mi podrá apagarse
la llama de tu amor.

-

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
podrá no haber poetas, pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
del fuego y oro vista;

mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera
¡Habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;

mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dónde camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llora sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;

mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!

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