Micro relato

Era un día más, gris. Otra vez. Se acostó llorando, con el mundo a sus pies. Su padre se sentó a su lado y le dejó que se acurrucase a su lado. Le tapó con la manta y le dijo:
"¿Sabes qué, preciosa? No pasa nada. Por que pase lo que pase, te levantarás, abrirás la ventana, subirás la persiana y el sol saldrá mañana. El sol saldrá siempre mañana."

Y nunca más se le olvidó que, el sol, saldría siempre al día siguiente.

-M

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