No busques mi mejor versión... Se la ha llevado el aire

Hoy me he parado a pensar en las cosas que me arrepiento.
En el fondo, no son tantas.
Realmente, a día de hoy, no es ninguna.
Podría no haber hecho mil cosas que ya he hecho hasta hoy, podría haber dicho no, haberme parado, pero entonces ¿Quién sería hoy yo? Sin mis errores, sin las noches sin dormir, sin haber llorado cientos de veces. A saber en quién me habría convertido. Probablemente en una versión muy empeorada de mí misma.
A lo largo de nuestra vida, nuestra historia, nuestro camino, nuestro propio libro, nos rellenamos de momentos, tanto buenos cómo malos. Y hoy por hoy somos quienes somos por las cosas que decidimos hacer y no hacer; por las cosas que nos han quitado el sueño, por las que nos han hecho soñar despiertos.  ¿Qué habría pasado si...?

Si hubieses dicho un te quiero a tiempo,
si ese día no te hubieses encerrado a llorar y hubieses salido a fuera,
si hubieses perseguido ese objetivo con más fuerza,
si te hubieses acostado más tarde para estudiarte esas dos líneas que te faltaban,
si esa noche no hubieses dicho 'ponme otra',
si esa tarde no hubieses acabado la relación,
si ese día no le hubieras besado.

Qué crees realmente que habría pasado
si hubieses acertado la primera vez con la carrera que ibas a estudiar
o si no te hubieras sentado en última fila el primer día de clase
o si hubieses huído de aquella charla que no querías dar
o te hubieras plantado antes y hubieses dicho 'basta' .

Me entristece conocer a gente bonita por dentro que se arrepiente de cosas que han hecho, cómo si esos traspiés no les hubiesen creado, cómo si debiesen borrarlos. No creo que sea así.
Personalmente me enorgullezco de la mitad de cosas que he hecho, pero no puedo decir que me arrepienta de ninguna. Cada fallo, cada tropiezo, me hizo más fuerte. Cada cambio me hizo adaptarme. En mis malos momentos pude comprobar con quién quería celebrar los buenos, cada vez que tuve que pedir disculpas crecí por dentro. A cada paso, a cada día he aprendido algo nuevo. Creo que soy de ese tipo de personas que le busca una lección y un significado a cada acontecimiento. Y de eso, tampoco me arrepiento. Y dentro de que siempre busco el vaso medio vacío y nunca el medio lleno, no me arrepiento. Y si alguna vez dije que lo hacía, mentía. Porque no me arrepiento. Puedo sentirlo, puedo pedir disculpas, pero no sentir arrepentimiento. Porque cada mal día me ha llevado a uno bueno, porque cada mal día he decidido agradecer los buenos, porque cada vez que me sentí sola encontré mi compañía perfecta y porque cada evolución que he sufrido, en mi opinión, me ha llevado a ser mejor, más fuerte y más real.

Así que por eso, te recomiendo que nunca te arrepientas, porque si hiciste a cada momento lo que querías, si fuiste feliz o te llevó a la felicidad, nunca debes arrepentirte.
Y por eso, simplemente, yo no me arrepiento.

Comentarios

Entradas populares