diario de un suicida;

Aún no me he ido y ya te echo de menos. A veces hacer lo correcto -por no decir la mayoría de las veces- es una mierda. Tengo la sensación de que hace meses que hago todo mal, y tengo la sensación de estar prolongando una agonía que cada día veo más cerca. Tengo ganas de llorar y me puede el miedo, me pueden las ganas de vivir mientras que no paro de morir lentamente. Algo se ha roto por dentro, algo quiere salir y no dejo que se vaya. Estoy a punto de explotar mientras se acaba el contador y no hay cable para cortar. Debería estar prohibido sentirse de esta forma, pero ahogarse con aire y sin agua no viene a ser algo nuevo. Igual es que sé lo que viene después y no me gusta enfrentarme a ello. Estaba mejor cuando aún no había experimentado lo que es estar bien. Cuando todo era un obstáculo. Igual es que sólo me gustan los retos cuando tengo todas las apuestas en contra. Sé que queda poco, el arma roza el filo de mis venas. Miro las alturas desde más arriba que un décimo y el frío besa con el hielo.