me desperté soñando que estaba a tu lado;

La vida es demasiado corta cómo para quedarse esperando a alguien, y los sueños demasiado breves cómo para perdernos un sólo instante. Las respiraciones profundas y el humo del cigarro hacen buena compañía cualquier noche a la luna. Sentada entre trampillas y tumbada en mi cama, mirando a un techo infinito y buscándote por mi ventana. Jamás me gustaría perder mi alma. A veces me han llamado cría por ello, pero es que no puedo evitarlo. Me gusta abrazar y que me abracen, y me gusta dejarme la piel, dar mi máximo. Me gusta hacer el loco, y querer con locura. Me gusta improvisar y acabar perdidos, para poder encontrarnos. Me gusta poder decir que no me arrepiento de no haber hecho nada, que si me arrepiento de algo fue de haber abierto tarde los ojos, pero nunca de haberlos cerrado. Soy de ese tipo de personas que llora. Que llora mucho. Lloro con películas, anuncios, funerales y hospitales. Lloro cuando veo vídeos de militares volviendo a sus casas, e incluso cuando veo a dos personas mayores que se quieren pues, a veces, lloro. También lloro con los libros. Soy de esas personas que se come un libro en tres noches y que cuando ve que quedan pocas hojas lo pasa mal, porque no quiere que se acabe. Soy de esas que si lee un libro estará toda la semana encontrando similitudes entre la vida real y la ficción escrita. Entre otras cosas, sueño mucho. A veces con personas que se han ido y a veces con personas que están. A veces me levanto echando de menos, otras me acuesto echando de más. Odio que se me olviden las cosas porque siempre es tarde para cuando me doy cuenta. Jamás seré puntual y siempre odiaré que me tengan que esperar. Y me he descrito mil veces, y nunca atino del todo.
Hoy no se ve la luna desde mi cuarto, pero apuesto que hoy se ha puesto guapa. Tampoco se ven las estrellas con tanta luz de ciudad, pero seguro que hoy salen a bailar. Esta noche dormiré sola, pero, sin ninguna duda, soñaré con alguien.
La vida es demasiado corta cómo para quedarse esperando a alguien, y los sueños demasiado breves cómo para perdernos un sólo instante; pero siempre habrá un 'pero' para quedarnos hasta que llegue quién queremos o para poner la alarma cinco minutos más, que anoche me acosté tarde para poder desearte que tu noche fuera buena y que mientras te tenga en la cabeza, las buenas noches me las seguirás dando tú.

Comentarios

Entradas populares