Like that;

Siempre quise
saber tocar un instrumento;
hasta que encontré
que encontrarte
era una melodía sin fin
en la que se usaban,
tanto las manos,
como la lengua.

Encontré
notas en una partitura
hecha con uñas
en tu espalda;
y mordiscos
en el hombro
y abrazos
que acompañan
a nuestro simple compás.

Me volvieron las ganas
de levantarme
aunque siguiese sin gustarme
aquello de madrugar;
y las noches
son más cortas,
porque,
desde que apareciste,
parece que dejaron de existir
todos los días a oscuras
para alcanzar
los ocho por semana.

El calor y el frío
han pasado a ser
conceptos relativos
a los gemidos de mi sombra;
y tu universo
mi única estrella del cielo.

Los borradores
una talla más del armario,
que a veces se ensancha
por miedo a escribir
aquello que no podemos borrar,
y los te quieros
en tan poco tiempo
se nos han quedado cortos.

Siempre quise saber tocar
un instrumento.
Podría haber sido el piano;
entre mezclas de teclas
que resuelven el acertijo
sin encontrarse grandes
diferencias;
o la guitarra
y tocar una a una
las cuerdas
hasta que te rajasen la espalda
-por detrás,
como Amelie-
y reventarnos las caderas
aunque sea bailando,
aunque sea saltando
al amor
cómo suicidas al puente
y jodidos al vacío
y la nada
se abarranca
cuando ve la inmensidad del infinito.

Siempre quise aprender a tocar
un instrumento,
y es que ahora
ya sólo quiero tocarte
a ti.



 •17N•

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