Lecturas en braile por encima de tu piel;
Quizás...
Quizás el sol se va por tristeza de ver tantas lágrimas correr.
He encontrado tantas formas de dividir el mundo cómo las ganas que tengo cada mañana de que se calle el despertador; porque podría sacarlo fuera pero siempre se me ha dado mejor morir por dentro. Un intento de poeta va dejando trocitos de su alma por esa callejuela de Madrid, entre la esquina de Gran Vía y el estanco cerrado hasta Noviembre. Una pareja se besa, enfrente de las luces de las calles -igual por última vez- sin saber que los que discuten en la terraza secretamente les envidian. El señor de la gabardina gris va tarde, sus ojos desorbitan y buscan un taxi a la desesperada.Un niño pequeño llora porque tiene hambre, pero su madre no tiene para darle de comer; mientras esos gilipollas se gastan los billetes en verdes, papelas y cartón.
Hace frío. Y llueve.
Llueve tanto que se me han calado hasta los huesos, y la tinta se ha secado mientras mi cara no hace más que mojarse. Sin nada mejor que hacer, con Suite resonando en mis pocas paredes, me levanto del portal y echo a andar. Sabina, Marwan, Diego Álvarez, Carlos Salem... Vaya maneras más tontas tienen de sufrir todos, todos locos enamorándose. Levanto la vista al cielo, y comprendo, por un momento, que necesitamos que exista algo aparte de un final, una realidad diferente. Siete carcajadas al aire y me falta el respirar. Cuánta ruina, demasiado lleno. Exceso, pero nunca del bueno. Entrada a Octubre y yo más alterada que en pleno Abril; quién iba a decir que...
Ese imbécil que se ha chocado me ha quitado lo que escribía. Mierda. ¿Cómo era?
-Locura,
jodida locura.
Estaba loca, loca de remate;
pero era guapa, guapa de cojones-
Sabes, a veces es cuestión de verlo. Ando algo cansada, para qué mentir, de tener que andar siempre cubriéndome las espaldas. La gente ya ni folla, están demasiado ocupados en fallarse a sí mismos. Ya falta la esencia; Aúriga, Dócil y Díscolo pierden sus virtudes y he visto más fieles en hospitales que en Iglesias. He visto más amor en aeropuertos que en pedidas de mano, silencios que me han dicho más que parrafadas tontas que a los meses perdieron el sentido; abrazos que han sido apoyo y consuelo; incluso ha habido declaraciones de amor que sabían a nada si eran comparadas con las cartas escritas cada noche de verano, cuando su mano cansada se caía de la cama del hospital, cuándo ya no alcanzaba a reconocer mi cara pero me sonreía cada día, a las siete de la mañana, cuando le acompañaba a fumar al patio de fuera. Recuerdo esos ojos vacíos y exhaustos, faltos de memorias o sentimientos, cuando yo lo único que alcanzaba a hacer era encerrarme en el cuarto de baño y llorar, enfrente de un espejo demasiado grande, cuando ves que se va la vida de alguien.
Tras haber pasado esto el otro día leí algo que me dejó pensando. Igual es algo que me hizo cambiar, no sé, desde entonces le he dado bastantes vueltas. Lo voy a escribir aquí abajo, con su traducción correspondiente, por si a alguien más le da qué pensar. Al final, te das cuenta, de que la fragilidad es una cualidad más, de la que debemos ser conscientes, la cual debemos agradecer y de la cual nos debemos cuidar.
'The first time I held a human brain in Anatomy Lab I was completely speechless. I looked at my classmates expecting a similar reaction and they locked back at me confused like... -dude let's start identifying the structures- I had to take a step back and let it process... in my hands was someone's entire life. From start to finish, every memory, every emotion, every bodily control... was right there in my hands'
'La primera vez que sostuve un cerebro humano en el laboratorio de Anatomía me quedé sin habla. Miré a mis compañeros esperando encontrar reacciones parecidas a la mía y ellos me miraron, confundidos a lo... -tio vamos a empezar a identificar las estructuras- tuve que dar un paso atrás y procesarlo... en mis manos estaba la vida entera de alguien. Desde el principio hasta el final, cada recuerdo, cada emoción, cada control corporal... estaba ahí justo en mis manos'
Quizás el sol se va por tristeza de ver tantas lágrimas correr.
He encontrado tantas formas de dividir el mundo cómo las ganas que tengo cada mañana de que se calle el despertador; porque podría sacarlo fuera pero siempre se me ha dado mejor morir por dentro. Un intento de poeta va dejando trocitos de su alma por esa callejuela de Madrid, entre la esquina de Gran Vía y el estanco cerrado hasta Noviembre. Una pareja se besa, enfrente de las luces de las calles -igual por última vez- sin saber que los que discuten en la terraza secretamente les envidian. El señor de la gabardina gris va tarde, sus ojos desorbitan y buscan un taxi a la desesperada.Un niño pequeño llora porque tiene hambre, pero su madre no tiene para darle de comer; mientras esos gilipollas se gastan los billetes en verdes, papelas y cartón.
Hace frío. Y llueve.
Llueve tanto que se me han calado hasta los huesos, y la tinta se ha secado mientras mi cara no hace más que mojarse. Sin nada mejor que hacer, con Suite resonando en mis pocas paredes, me levanto del portal y echo a andar. Sabina, Marwan, Diego Álvarez, Carlos Salem... Vaya maneras más tontas tienen de sufrir todos, todos locos enamorándose. Levanto la vista al cielo, y comprendo, por un momento, que necesitamos que exista algo aparte de un final, una realidad diferente. Siete carcajadas al aire y me falta el respirar. Cuánta ruina, demasiado lleno. Exceso, pero nunca del bueno. Entrada a Octubre y yo más alterada que en pleno Abril; quién iba a decir que...
Ese imbécil que se ha chocado me ha quitado lo que escribía. Mierda. ¿Cómo era?
-Locura,
jodida locura.
Estaba loca, loca de remate;
pero era guapa, guapa de cojones-
Sabes, a veces es cuestión de verlo. Ando algo cansada, para qué mentir, de tener que andar siempre cubriéndome las espaldas. La gente ya ni folla, están demasiado ocupados en fallarse a sí mismos. Ya falta la esencia; Aúriga, Dócil y Díscolo pierden sus virtudes y he visto más fieles en hospitales que en Iglesias. He visto más amor en aeropuertos que en pedidas de mano, silencios que me han dicho más que parrafadas tontas que a los meses perdieron el sentido; abrazos que han sido apoyo y consuelo; incluso ha habido declaraciones de amor que sabían a nada si eran comparadas con las cartas escritas cada noche de verano, cuando su mano cansada se caía de la cama del hospital, cuándo ya no alcanzaba a reconocer mi cara pero me sonreía cada día, a las siete de la mañana, cuando le acompañaba a fumar al patio de fuera. Recuerdo esos ojos vacíos y exhaustos, faltos de memorias o sentimientos, cuando yo lo único que alcanzaba a hacer era encerrarme en el cuarto de baño y llorar, enfrente de un espejo demasiado grande, cuando ves que se va la vida de alguien.
Tras haber pasado esto el otro día leí algo que me dejó pensando. Igual es algo que me hizo cambiar, no sé, desde entonces le he dado bastantes vueltas. Lo voy a escribir aquí abajo, con su traducción correspondiente, por si a alguien más le da qué pensar. Al final, te das cuenta, de que la fragilidad es una cualidad más, de la que debemos ser conscientes, la cual debemos agradecer y de la cual nos debemos cuidar.
'The first time I held a human brain in Anatomy Lab I was completely speechless. I looked at my classmates expecting a similar reaction and they locked back at me confused like... -dude let's start identifying the structures- I had to take a step back and let it process... in my hands was someone's entire life. From start to finish, every memory, every emotion, every bodily control... was right there in my hands'
'La primera vez que sostuve un cerebro humano en el laboratorio de Anatomía me quedé sin habla. Miré a mis compañeros esperando encontrar reacciones parecidas a la mía y ellos me miraron, confundidos a lo... -tio vamos a empezar a identificar las estructuras- tuve que dar un paso atrás y procesarlo... en mis manos estaba la vida entera de alguien. Desde el principio hasta el final, cada recuerdo, cada emoción, cada control corporal... estaba ahí justo en mis manos'
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