A veces pensamos que necesitamos a ciertas personas a nuestro lado para respirar, cuando lo único que nos hace realmente falta es oxígeno.

A veces intentamos huir de los problemas yéndonos lejos del lugar donde provienen sin darnos cuenta de que realmente lo que nos pasa es que lo tenemos todo dentro, tan profundo que nos rasga desde el interior y nos parte el alma en trozos. A veces, simplemente, necesitamos escaparnos de la realidad por un rato, y otras veces necesitamos semanas enteras para recomponernos sin ser capaces de plantarnos de frente y luchar como hemos hecho anteriormente. A veces sólo es un segundo, una milésima de este, lo que nos hace falta para volver a ponernos en pie sin marearnos y entendiendo que la vida sólo sigue y que por mucho que queramos no podemos quedarnos atrás. No es fácil. Nunca oirás a nadie decir que la vida es fácil. Es un camino complicado, lleno de caídas y heridas, con muchos huecos que llenar y vacíos que se van creando con el tiempo y los cuales debemos reponer. Es parte de lo que nos toca, es lo que tenemos que hacer. Tenemos que ser fuertes, o al menos aparentarlo, para que no se haga tan duro esto de seguir andando.
Es verdad.
Echar de menos es la consecuencia de que alguna vez echamos de más.
Y llorar es el precio a pagar cuando hemos reído tanto tiempo que el aire se nos ha escapado entre carcajadas.
Y es que igual me estoy ahogando entre ausencias por haber presenciado demasiadas veces el tenerte cerca. Y todo se hace grande, enorme sin ti; cuando a mi me gustaba que nada fuese suficiente y todo fuese poco y pequeño pero ahora... Ahora me agobio porque tengo demasiado espacio, demasiadas cosas que no puedo compartir. ¿De qué sirven los momentos buenos si ya no te tengo en los malos para compensar?
Al final resulta que es cierto eso de que el amor es infinito mientras dura, y vaya mierda de infinitos que estamos prometiendo hoy en día.

Comentarios

Entradas populares