Se nota a la legua, le pierde la lengua

Desde la primera

hasta la séptima,

todas las maravillas del mundo

pasan por tu cama;

como tu culo por el pasilo

o tu sonrisa por mi espalda,

tus besos por el cuello

o tus mordiscos en el costado;

y es que nadie baja tanto

para subir tan arriba

que casi toco el cielo

y las nubes se quedan a raso.

Y todas esas veces

que quise gritarte

se evaporaron cuando todo

lo que conseguía decir era

tu nombre resonando en cuatro paredes,

debajo de una manta,

con la puerta cerrada

y la ventana abierta,

que tener la mano abierta

era magia entre piernas

y entre líneas

hicimos el amor.

Por no ser solo eso

ni tampoco aquello,

por ser mil complicaciones

y nudos hechos canciones,

versos sin leer

y rimas repetidas,

por caricias en el muslo

y contarte las vértebras con la lengua;

que qué jodidas ganas de comerte

y agarrarte tan fuerte

que ni soltándote quieras irte,

que nos quedemos donde estamos

y nadie pueda ver lo grandes que somos

porque el mundo se nos quede

pequeño.