Que lo mejor que he sido nunca es tuya; que lo mejor que he tenidonunca eres tú.

Nunca sentí el amor
tan
fuerte
y nunca me asusté tanto
por tenerte
como ahora;
suena ridículo escribirlo
sin la certeza de que
o nadie
pueda entender
lo que mueves
por aquí dentro,
en el lado izquierdo;
o a la derecha
de la almohada de mi
cama;
o lo que te mueves
por toda mi cabeza
dando vueltas
sin
cansarte
-y eso que
ni los koalas
alcanzan tu grado de
asentamiento-

Probablemente no
entiendas,
al menos, no
bien hecho,
cuánto
significas para
mi; 
cuántas veces
saboreo la
felicidad
con toques de
éxtasis
por todas las
venas
y golpes de mi
antigüo tequila
por toda mi médula
espinal
cuando me sonríes
de cerca
y tus labios se van a un
lado
y tu respiración se
entrecorta
con la mía
y a mi se me olvida hasta como
estar
de pie,
o simplemente aguantar la
compostura.

Es difícil
explicar
eso que me haces
sentir,
como un puñetero
zoológico
golpeando cada una de
mis paredes, 
queriendo salir, queriendo
besarte;
o esos nervios
que suben del meñique
del pie
hasta cada puto punto
del cuerpo,
como ese temblar de piernas
tan ridículo
que me da
cuando tu mano
agarra mi cintura;
como esas ganas de
comerte
cuando tus dedos
bajan de mi espalda
pero no pasan de la
entrepierna;
haciendo magia,
preparándome,
como tú dices,
para 
-hacernos el
amor-

Y eso quiero hacerte,
Amor,
estudiarte las
clavículas
y morderte;
quiero estudiarte y
en cada día de todos
los que me dejes pasar
a tu lado
hacerte
feliz;
como nunca,
como nadie.
Quererte bien es querer
cuidarte;
quererte fuerte es necesitar
besarte;
quererte es recordar a cada
segundo
que eres mi lotería mejor
ganada,
y probablemente
la menos merecida
también;
quererte es buscarte tras cada
esquina
aunque sepa que no
estás,
porque no importa
que hoy no te vea;
no importa
que hoy no podamos acortar
esos centímetros de distancia
hasta hacerlos
negativos;
no importa,
nada me importa
si en algún sitio tú
estás para mi.

Y sonríe,
aunque sea un poco
y déjame que me
derrita
y se me pare el
mundo
y déjame que
disfrute,
que eres mi mejor
vista;
que tu cuerpo
es la mejor de las maravillas del
mundo
y tus labios
mi sabor preferido del año;
y déjame que me
acerque,
aunque sea un poco,
que tu cuello
...
que tu cuello ya no lo roza
nadie,
que tus ojos
nadie los ve como los veo
yo,
que quererte
es quererte bien;
que quererte es un
infinito
que, a ratos, se nos queda
corto,
pero nunca se nos hace
grande.

Y déjame que te mire
ahora que no te das cuenta,
que me pierdo en tus ojos
pero que tampoco busco
encontrarme;
que eres el peor de mis
caos
y mi canción
favorita;
que me dejes
quererte
y no te vayas nunca;
que otra noche sea
noche de bodas
y noche de amor;
que el siete sea un bonito
eterno
y una incontable
inmensidad;
que te echo de
menos
y tenemos entre medias
kilómetros de más,
pero que estés dónde
estés;
vayas donde
vayas;
para mi tú siempre serás
la única estrella que brilla en
Madrid,
la única movida que existió en
Madrid;
que la perfección
se me define en
ti
y que para mi
eres Madrid
y yo
sólo una de tus
calles.

Comentarios

Entradas populares