Las ganas de llevarte al cielo

Viernes siete de Febrero;
y todo fue un bonito
y nuevo
atardecer;
fue una tarde en un
parque,
con las mejores
vistas
de toda la península
española;
y si me apuras
del globo
entero.

Viernes siete de Febrero;
un nuevo
latir
de un viejo
corazón,
un rehacer
vidas
mientras creamos nuevos
momentos.

Viernes siete de Febrero;
un empezar de cero
lo que ya estaba caminado,
un confiar
tontamente
que sólo tienen
los tontamente
enamorados;
contar secretos
ocultos del
sol
y esperar tu carrera como
respuesta.
Y seguir esperándola.

Viernes siete de Febrero;
tras la semana más larga
de cualquier conjunto de días
recordable;
reclamación de todos mis
derechos
sobre una propiedad
que no era mía;
un fumar en el
banco
y mirarte a hurtadillas
como te levantas
y das vueltas
y te giras
y me miras
y me
besas.

Viernes siete de Febrero;
ojalá nunca se hubiese acabado,
pero qué bonito esto de
tenerte;
cuánto miedo esto de
quererte;
infinitas las ganas de
comerte;
ojalá,
pronto
abrazarte cuál koala
y recorrer tu
cuello
hasta la médula
espinal
y respirarte 
entero;
ojalá eso de ser
eternos.

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