En el silencio oigo tu voz como un aletear.

Dicen que lo que no buscas es lo que te llega. Que lo principal no siempre es lo esencial y que cuándo caes, siempre hay alguien que te levanta. Me gustó pensar siempre que estaba todo bien, porque es más fácil perdonar que perdonarte, almenos, así es para mi. Y entonces aparece, si, os juro que aparece, sin que nadie le llamase, con bromas de esas que hacen que te duela todo el cuerpo de reír y con ojos de esos que intimidan. Os juro que llegó, nadie me avisó de que podría encontrar a alguien a quién le mostrases todo lo débil que eres y eso te haga sentir más fuerte. Y nadie me avisó, porque las mejores cosas llegan sin avisar. Ahí entras tú, y a veces, entro yo. Ni cien días te hicieron falta para permitirte más de esas quinientas noches de Sabina, ni nunca un abrazo fue tan apreciado como el del mediodía que no pensé que fuera a llegar. ¿Sabes lo que es sentir que puedes fallar porque nadie te lo va a echar en cara? ¿Entiendes lo que esto es para mi? Mejor que escribir, necesario como respirar, más triste que un domingo de manta, lluvia y película. Más bonito que pequeños detalles que marcan grandes diferencias. Sin pedir oportunidades, esperando a que el tiempo pase, levantaste a alguien sin siquiera saber que estaba tan tocada y hundida; la chica que tenías en frente, que malgasta sus sonrisas en Marlboro del caro y el culo que más le gusta es el de la botella. Igual este cambio fue necesario. Igual lo que pasaba era que te necesitaba me necesitabas  nos necesitábamos. Igual llegarás y con tu entre broma y broma la verdad se asoma haces algo grande con lo pequeño que se la juega por ti.

    -Entiendo que no entiendas lo que puede pasar por mi cabeza, pero ni en mil declaraciones de amor te serán tan sinceros como puedo serlo yo hoy, como puedo abrirme cuándo el que me escucha es un folio en blanco. No comprenderás, no serás capaz, nadie lo es, de entender que es estar aquí dentro y verlo todo con vistas deformadas, pero si te puedo prometer que hasta con los cristales empañados veo en ti lo que ni tú ves. Un chico diez, de esos de película, que solo aparecen cuándo allí arriba no te ven más remedio; o aunque sea allí abajo. Un chico diez, de esos que si te ven llorar, te levantan, los de si te hunden, les hundo. Un chico diez, de esos que alguien, como alguien, no sé, alguien como yo, no se suelen merecer. Me enseñaste que el miedo al pasado solo son temores del futuro; que luchar es lo más duro, sí, pero también lo más bonito; que no hay victoria que no se venza sin derrotas; que quién arriesga no pierde, pero tampoco gana; que en dos palabras se dice más que en los mil versos de Neruda; que el frío de Madrid es menos helado si tienes a quién te acompañe en tu paseo; que no todas las promesas son rotas, ni vacías; me enseñaste que lo más preciado de querer a poca gente es que a los que quieres, los quieres bien.

Sin claridades, ni ironías, sin bromas aparte, sin bromas dentro, sin -Cuídate -Cuídame tú, gilipollas , sin recuerdos oxidados que se nos quedan por delante, supongo que ya el intento se queda en fallido, y nuestro, lo qué cojones sea nuestro, no es de nadie más. Prometido no tener catorces de Febrero y tener solo un veintitrés de Junio al mes, para que el frío sea menos frío y Madrid sea menos medio yo y empiece a ser un medio lleno, que el medio vacío está casi roto.

                        -LO QUE YO QUIERO CORAZÓN COBARDE ES QUE MUERAS POR MI
                         Y MORIRME SI ME MATAS
                         Y MATARME SI TE MUERES
                         PORQUE EL AMOR CUÁNDO NO MUERE, MATA
                         PORQUE AMORES QUE MATAN, NUNCA MUEREN.-


                                                                                                              SCM.

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