Sono solo parole... le nostre sono solo parole.

-No es tu culpa- Se volvía a repetir -No es tu culpa- Así una y otra vez, diciéndoselo a sí misma -No es tu culpa- ¿Para qué? Pues fácil, para no caer hacía lo más profundo. Le dio otra calada al Malboro y siguió mirando las estrellas. Se ríe para sí, que injusto es el mundo. Que falsas son las expectativas que tenemos tan a menudo de él, cuántos sueños rotos a base de exceso de ilusiones. Cuántas chicas andan esperando un chico con corazones y flores, cuántos chicos buscan una princesa cuya corona no se caiga por chuparla, sino por rubor en las mejillas. Que fácil es esperar tanto del resto, mientras que de ti... De ti sólo buscas aguantar, sobrevivir 
Ella se vuelve a reír. Cuántas veces ha llorado en esa misma ventana, con las piernas así volando por encima de las tejas. Cuántas razones ha creído tener ella para llorar, cuánto le ha faltado para saltar alguna vez que otra por ese pequeño precipicio. Cuántos helados a las tres de la mañana han caído en esa ventana después de una ducha de verano; cuántas mantas la han arropado en noches de insomnio mirando por aquella ventana. Cómo se nota que los problemas, vistos de lejos, son solo eso. Problemas, variaciones más o menos graves. Y desde aquí, ella sonríe. No sabe ni siquiera si es feliz -Que le den a la felicidad, yo solo quiero mirarte cada noche- Le suspira a una estrella. Le da un nombre, para que le cuide. Para que le vigile. Igual no se merece tanto, igual ella no se lo mereció. ¿A cuántos 'idiotas' debe cuidar esa estrella? ¿A cuántas personas representa esa estrella? Las piernas de ella siguen bailando con la noche, y ella sigue sonriendo. A veces llegan cosas que no buscábamos, a veces hay gente que hace 'click' dentro de nosotros y todo cambia. Personas que no te hacen ser diferente, sino que cambian tu forma de ser. Ella se revuelve y se acurruca un poco en la esquina, apoyada en la pared. Esa cama guarda más deseos que la lámpara de Aladinno y esa almohada calla más lágrimas que gotas caídas por cualquier catarata. -Llaman loco al que no se preocupa de la opinión del resto, pero las mejores personas lo están- Ella se gira, pero él no está. Ella ha oído esa frase, ha tenido que salir de su boca. Ella le busca, en cada habitación, en cada armario, en cada rincón. Nada, lo que queda es nada. Ni siquiera el cajón que ella le tenía reservado está medio lleno, ella lo ve más medio vacío. Se va al escritorio y abre el cajón escondido debajo de los papeles, y ahí están; ahí están las muestras de que ella una vez fue feliz. -¿Feliz?- Se ríe -Yo no fui feliz. yo lo fui todo. Él era mi sonrisa a media mañana, mi café de recién despertada y mi merienda de cada tarde. Él era mi París con su Torre Eiffel, él hizo de mi cama la mayor travesía por Italia. Recorrió mi médula contando las vertebras, él me arañaba la espalda mientras marcaba mi cuello. Él siempre fue mi primer pensamiento al despertar, y me dormía soñando en sus ojos azul mar. Nueve hojas y media, diecinueve caras hasta arriba de Amor, de prejuicios y sobre todo, llenas de cuenta-atrás. Una carta a medio escribir y un corazón mal dibujado, una media naranja dibujada en la parte de su color en una bandera. Un recuerdo, es lo que queda. Yo fui todo. Fui perfecta, igual no para mí, pero lo fui para él. Luché por algo que no volveré a luchar, fui tan valiente que ahora no hay persona más cobarde que yo. Creado el mecanismo de defensa, ¿Qué me queda?- Y se vuelve a la ventana. Ahora sonríe mientras llora. Lágrimas dulces, lágrimas de falta de un abrazo. De falta de que él la vuelva a buscar al bus. De falta de su cariño, de que alguien la comprenda como lo hacía él. Mira hacía arriba y repite su nombre. Le da igual cuánta gente quiera esa estrella, esta es sólo de ellos dos. Una lágrima corre por su mejilla y ella sorbe de la nariz, su llanto se amaina y al fondo el sol recorta silueta. Cierra los ojos y se imagina que le tiene cerca, que le coge la mano y que la besa. No es un beso apasionado, un simple beso en la frente, esos de 'me preocupo por ti, me tienes aquí y todo esto va a salir bien' Ella ya apenas respira y su boca se queda medio abierta mientras lentamente se empieza a dormir. Lo único que alcanza a decir en una voz por debajo de el sonido es lo único que la mantiene en pie desde entonces -No es tu culpa- Y dejando su cuerpo llevarse, poco a poco empieza a caer.
-No es tu culpa-

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