Apartado actualidad

El verano suele venir con cambios, cambios de todo tipo. Dices adiós a personas que suenan a 'Hasta pronto' y terminan siendo un '¿Te conozco?', y encuentras tu rincón favorito en personas que a veces ni siquiera eran de hola y adiós. Los veranos suelen venir fuertes, aunque en apariencia vayan a ser peores, terminan siendo los que recuerdas con más ganas. No creo que haya época del año tan buena para desconectar, ni para razonar las cosas por las noches. Es la época de las madrugadas llenas y las tardes vacías, de aburrirte hasta rabiar y sobre todo, de salir. Salir de casa, salir del país, salir del mundo. La época dónde retomas aventuras ya olvidadas, el momento aquel del portal, el humo de lo que antes eran cachimbas y ahora son porros volando alrededor del parque. Es el momento de sonrisas, de amores sin para siempre pero llenos de besos, de noches, de risas, de cariño, de quedadas, de pequeños detalles que sí marcan la diferencia. Es el momento de fiesta un día sí y al siguiente, también. Es el momento de campamentos, de viejos amigos, de los de toda la vida. El verano, es una temporada en la que la vida te deja ser feliz. Reduce tus preocupaciones a las que tenías cuándo tenías cinco años, y te deja respirar. El verano no atiende a los horarios, ni te manda deberes para casa. No te examina, ni siquiera te vigila. El verano te deja, te disfruta. Te da horas para estar tirado al sol y nos da la escasez de ropa. La mayor obligación es la siesta, y te quita los malos rollos de delante, aunque solo sea por unos meses. Hemos conseguido llegar, y una vez superado otro año; uno más, uno menos; que igual no ha sido el mejor, no sin daños, me despido de las ocho de la mañana de los recreos, del uniforme, de los profesores, de ir corriendo, de academias y de todo lo que llevaba encima. No sin daños, me despido de horas en metros y autobuses, de excursiones y de escapadas de clase. No sin daños, me despido de 'para siempre' que han decidido tocar a su fin, de 'mejores' que acabaron por no ser, de superaciones alcanzadas y de metas que aún tenemos que lograr. No sin daños, porque aquí cómo mínimo hemos salido levemente heridos, nos despedimos ya. No solo cierro una etapa, cierro muchas. No solo acabo un capítulo, empiezo nuevo libro. El amor, la amistad, a veces incluso la familia, nos muele un poco a palos... Pero basta con saber encajarles.
Verano, sé bueno, que me lo he ganado.

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