Me hablas cómo si no echarte de menos fuese una opción posible

A veces hay que joderse cuándo lo das todo, absolutamente todo por alguien y esa persona no es capaz de darte a cambio. ¿ Qué buscas, mi perdón, mi regreso, mi falta de cordura por ti? No, eso no va a volver, aunque sea porque lo retenga yo con camisas de cuerdas. Daño, es la palabra que mejor nos describe. A ti, a mi y al resto. Perfección fue lo que vino detrás de ti, aunque no muy prolongada, pero con mucha más fuerza. Porque enamorarse es de tontos e ilusos que le quieren buscar razón a su locura que empezó cómo obsesión. Y llegados a este punto puede ser sin ti o contigo, contigo pero sin ti; el problema esque tú nunca vienes solo. La palabra problemas está escrita en tu frente y tienes cabrón tatuado en la espalda. Pero... ¿ Sabes qué? Ya ni me duele ni me deja de doler, escogí el porqué de mis lágrimas y tú no estabas en la lista de agua salada. Sigue gritando, lo que quieras; al oído si es más fuerte, que lo único que me creas es odio. Asco jamás te tuve, pero supe fingirlo. ¿ Y bien? Sin sonatas de amor, pero también sale desde el trozo izquierdo. Llorar nunca fue bonito, pero moralmente necesario. Llórame un poco, que sepas que es la añoranza. No me creo ninguno de esos más de trescientos sesenta y cinco días que supuestamente quisiste quererme pero yo no te dejé, porque yo te quise querer y me lanzaste volando, y tú, si es verdad que me quisiste querer, se quedó en intento fallido por poco esfuerzo del corazón. Le cansaste, normal, pobrecito; no está acostumbrado a tanto esfuerzo, ni a tanto sentimiento.

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