Always the end.

Llegué del viaje y vi a mi padrino y a mis primas. Todo era amor y bienvenidas, pero yo me sentía cómo si me hubiesen arrancado un pedacito de mi alma y se lo hubiesen quedado ahí, al otro lado del océano  Pero eso no era lo peor, porque echar de menos es una cosa, pero otra es perder. Finalmente, después de casi un año visitando el hospital, tú pequeño y gran cómplice, me habías abandonado un once de Octubre del dos mil doce; y llegaste a mis oídos el día veintiocho parece mentira que luego ese fuese el único número que me conseguía sacar una sonrisa. Cualquier posible alegría desapareció de mi, podía reír y fingir que todo daba igual, que iba a estar bien; pero la verdad esque ni estaba bien ni estoy bien, y probablemente tarde mucho en volver a estarlo. El término sentirte a morir ha pasado a tener otro significado para mi porque siento que nunca fui capaz de decirte adiós del todo, ¿ Sabes? Sentía que tú eras el único que siempre estaba orgulloso de mi, que nunca me miraría mal; la única persona sobre la que nunca he podido tener ningún mal pensamiento. Me enteré de que mis amigos, al menos algunos, fueron a verte aunque yo no estuviese ahí. Siéntete orgulloso de mi otra vez, porque escogí perfectamente mis hombros sobre los que llorar. Tres de tus hijos han hablado hoy, me quedo con la frase de que tú dabas vida a los juguetes rotos, porque recuerdo que cuándo fui un juguete roto me diste vida. Me quedo conque soy parte de tu legado, conque salvaste la vida de dos personas el diecinueve de Julio del dos mil doce y gracias a ti tengo un nuevo primito en mi vida. Me quedo con la frase de que tú siempre le encontrabas solución a todo, porque es verdad; para ti todo tenía solución. Y me quedo conque el noventa por ciento de ti era música. La música, la voz, tienen un nuevo significado en mi. Me hubiese gustado que estuvieses ahí pero cómo he oído esta noche 'Si no fuese su funeral estaría de copas con sus amigos'. Pero yo te he imaginado ahí, cantando, haciendo de esas notas graves una melodía que acuna. Después me he sentado en tu sillón, y sigo esperando a que aparezcas por la puerta a echarme de tu sitio. A la hora de la cena... En fin; ella, tu vida entera ha dicho 'Sentía cómo si faltase alguien' y yo sabía que el que faltabas eras tú. No sé si lees esto o no, ni dónde estás ni dónde estarás, si te importa que te quiera robar la bata o no; no sé nada más que te necesito y que te quiero a morir, y eso no va a cambiar ni en un millón ni en infinitos años.
-JG, 71.

Comentarios

Entradas populares