Y tú de que vas hablando de amor.

Otros amores del pasado me han dejado diabética y no puedo ser dulce contigo, lo siento. He oído demasiadas veces que ninguno sois iguales, todos diferentes; pero el caso esque ya sea por A o por B, siempre acabo jodida. Simplemente, sólo confío en los que ya han hecho un camino conmigo, o en los que me da la gana a mi confiar.
Aunque sinceramente, lo mejor es que te jode, te revienta no haber sido ser suficiente, no ser todo lo diferente al resto que esperabas ser, no superar ese tiempo que poco a poco vamos perdiendo, porque no dejes que te engañen, el tiempo a fin de cuentas es lo único que no nos sobra, porque nadie tiene cuenta exacta de cuánto podemos controlar. No, no falles más, difícil ser peor aún. Aunque todo tiene un lado positivo, con todo lo que me han jodido ya, tú, pequeño corazón, eres un simple entrante que se cuela en el menú de las desilusiones y las lágrimas rotas. Pero siento anunciarte la novedad del día: el plato de la despedida. Voy a cerrar este restaurante de amargura, porque el chiringuito cierra a las doce y para mi, son las doce y un minuto. Acabo de empezar, de comprender, que aunque creamos que no, sí que es verdad que elegimos las razones por las que sufrimos. Y yo eligo no sufrir más, porque aunque puede que tú sí que merezcas la pena, sufrir de este modo y sin motivo aparente aparte del hecho de que no estás no es gratuito, y aún no he asegurado que, almenos en este tema, valgas tanto cómo mis noches en vela y mis rencores hacía mi misma. No, que no, que punto final; no esque haya acabado el guión, esque he cerrado el puñetero libro y lo he tirado al fuego, para que se junte con las cenizas del fuego que fuimos en su día.
Asique sí, siento la putada, pero ya no controlas más, o dos o ninguno. Igual que un avión no planea del todo bien sólo, tú no puedes llevar este barco en la mar siendo capitán de un sólo tripulante; y no se admiten más turistas ni viajeros en este tren, gracias, quizás en la siguiente estación haya un asiento libre y una sonrisa descuartizada tirada en trozos por la ventana; pero, hasta entonces, sigo aquí y no me van a parar con un para que, si no que me harán seguir con un no hay huevos.

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