Cobardes.

La cagué, la cagaste, la cagamos. No sé cómo coño va a ser ahora a partir de esto, pero yo no entiendo nada; desde tus labios recorriendo mi oreja hasta tus manos sujetándome la cara. Y estoy viendo amanecer, a medio lado tuyo, agarrada a tus brazos, o más bien al recuerdo reciente de ellos. ¿¡ Porqué no soy capaz de repetirte que te quiero hasta que se me seque la garganta?! ¿¡ Porqué?! Si me muero de ganas de susurrarte que te quiero, cuánto te necesito; que desde hace mucho que eres mío. Y aunque todo me da igual... Desvivo por tenerte cerca otra vez, por tu aliento cerca del mío, por no llorar sola. Todo me da igual; enserio, no respondo a llamadas ni a agendas prietas, echo de menos lo justo cómo para no echar de más, no hablo si sé que no habrá respuesta que me conteste, pero, por mucho que me dé igual, no te creas que no me he dado cuenta de que, con todo lo que hemos  has hecho, tú no te has atrevido a besarme, y, por descontado, yo tampoco a ser besada.

Comentarios

Entradas populares