Volvemos a buscar ese término mierdo

Hoy estoy dándome cuenta de que todo puede ser una mierda según lo miremos, que todo pasa por algo, que los milagros a veces ocurren, que las desgracias que nos rodean están infectadas de sonrisas, que no se puede domar una risa incontrolada, que la locura suele ser la medicina más sana, que no sólo nos puede mojar la lluvia, que te puedes empapar a rayos de sol, que las lágrimas se terminan secando solas, que las personas tenemos motor de felicidad, que las pilas duracel algún día pierden su energía pero nunca se apagan; que los bolis bic se pierden, se rompen o se seca su tinta pero nunca se gastan, que los ojos son los espejos del alma, que con cuatro palabras se pueden agotar todos los significados que quieras contar en mil folios escritos a mano, que te puedes bañar en vacíos, que tres no son dos y dos no son tres, que uno más uno serán siempre siete, que desde un rascacielos de Madrid sólo los que quieren pueden ver el mar, que la Gran Manzana al final no es tan grande, que los castigos nunca están para cumplirlos, que las despedidas siempre nos matan a todos un poco y que sabrás que te lo has pasado bien cuándo no les puedas contar a tus padres lo que has hecho.
Esto, en este lugar llamado mundo, lo llamamos vida.