Hemos traspasado nuestras propias fronteras

Que una trocito mio ya es tuyo, aunque siempre vaya a haber una parte de mi que no me podrás arrebatar. Esa parte que es mía y sólo mía, que nadie me quita, lo que me mantiene despierta, esa necesidad, esa adicción que me produce.
Aunque las luces se apaguen, aunque el llanto se sofoque, aunque el viento deje de soplarnos, aunque las lágrimas sigan echando carreras por nuestra cara, aunque las risas intenten ser robadas. Mientras haya suspiro que conteste al labio que susurra, mientras siga andando sin mirar al suelo y sin que mis pies se detengan, aunque no creamos que lo nuevo es mejor ni que lo antiguo nos supera
Que lo que un día nos hizo llorar hoy os hará sonrreir, que lo que odiamos siempre acaba formando parte de nuestro ciclo, que no sabemos que sale a la vuelta de la esquina, que necesitamos aire para funcionar igual que las máquinas necesitan su electricidad, que arreglamos juguetes rotos, que sufrimos mal de amores, jugamos a ver quién aguanta más, lo que lloramos por la noche lo tapamos por el día.
Continúan habiendo días que llego con la cara empapada y los ojos más hinchados que rojos. Sigo teniendo momentos en los que me siento sola. Si, todo eso hay días que me pasa, ¿ Y? A ver, sinceramente, pensaba que lo mejor era no estar nunca sin ti, cuándo lo único que me hacía daño era estar contigo. Llámame masoca, pero hoy he dejado de echarte de menos.

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